La Toma de Granada
03.01.2021 - 23:49:28 | 2 minutos de leitura

Boabdil entregó oficialmente la ciudad
Fray Alfredo Arce | Granada celebra cada año la fiesta religiosa –cívica de la Toma de Granada por los Reyes Católicos Isabel I de Castilla y Fernando V de Aragón. Es una fiesta que congrega a los granadinos en la Capilla Real donde se oficia una Misa y se tremola el pendón sobre la tumba de los Reyes Católicos y se hace una procesión por el templo con la corona de Isabel y la espada de Fernando.
A continuación, se realiza una procesión cívica desde la Capilla Real al Ayuntamiento con personas con vestimentas de la época, autoridades y ejército; desde el balcón se saludo al público congregado en la Plaza del Carmen con un protocolo en el que participa el pueblo; cuando el concejal grita por tres veces: GRANADAAAA!!!, y responde el pueblo: ¡¡¡QUÉEEE!!! Y el concejal recuerda brevemente el hecho y se tremola el pendón entonándose el himno nacional y aplaudiendo todos con ganas, y así por tres veces; luego la banda toca el himno de Andalucía y se termina con el himno nacional.
¿Qué significa este acontecimiento? El final de la reconquista y la unidad de España. Han sido siete siglos de dominación musulmana que se ha ido recuperando palmo a palmo, y quedaba el Reino de Granada.
Tras largas y complicadas negociaciones se llevó a cabo, con los acertados servicios de Gonzalo Fernández de Córdoba, el día 2 de enero de 1492 sin derramamiento de sangre; de ahí el nombre de LA TOMA DE GRANADA.
Poesía de fray Alfredo Arce: La Toma de Granada
Se cuenta por estos lares,
que, al alba del dos de enero,
alba de nieves y fríos,
bajaba una comitiva,
quejumbrosa y lastimera,
por la cuesta de los Chinos.
Los cascos de los caballos,
las muecas de los jinetes,
los duendes del Albayzin,
entonan la marcha fúnebre
del séquito al destierro
del Rey moro nazarí.
El Darro queda en silencio,
se postra la zarzamora,
llora la Alhambra rubís:
la luna oculta su rostro
tras los visillos, y envuelve
de tristeza el Albayzin.
Dauro y cortejo se alían
y caminan por Granada
al encuentro del Genil;
allí entrega las llaves
a Isabel y Fernando,
el Señor-Rey Boaddil.
Rápido y atropellado
corre y salta vigoroso
el río de Monachil;
quiere rendir pleitesía
a los nuevos inquilinos
del Alcázar nazarí.