La parroquia Santa Rita de Casia (Lima) intensifica su labor social durante la pandemia
23.06.2020 - 03:38:14 | 3 minutos de leitura

Ella ha ayudado a numerosos pobres de varios lugares
Nicolás Vigo | La parroquia de los Agustinos Recoletos de Miraflores (Lima, Perú) ha realizado durante la pandemia de la COVID – 19 diferentes campañas para apoyar a los más necesitados.

Ello ha sido posible gracias a la colaboración de los fieles que conforman la parroquia. Y ha contado con la coordinación de voluntarios y autoridades para la distribución.
Sobre ello, el párroco, fray Ignacio Reinares, explica: «Los alimentos han sido comprados con las donaciones de los fieles de la Parroquia Santa Rita de Casia y el reparto se ha llevado a cabo, bajo la coordinación de Diana Caldas y unos amigos, que la han ayudado al traslado y reparto de los alimentos. También se ha contado con la ayuda de las autoridades y policía local».
Desayuno para los indigentes de La victoria
En los primeros días de mayo, la parroquia decidió ofrecer, en dos oportunidades, desayunos calientes a los indigentes que viven, en la hoy silenciosa, Plaza Manco Cápac, del populoso distrito de La Victoria.
Para ello ofrecieron 2,000 desayunos. Esos consistían una taza de avena con manzana y dos panes, con huevo y jamón. Del mismo modo, dejaron a Defensa Civil 300 panes con jamón para que sean repartidos a otros indigentes por la tarde.
Una de las voluntarias de la parroquia cuenta sobre el modo de la distribución: «Nosotros distribuíamos los desayunos escoltados por policías, en las cdra. 7, 8 y 9 de Av. Iquitos, la cuadra 6 de avenida Paseo de la República y en la misma plaza Manco Cápac».
Donación de bolsas de alimentos en honor a santa Rita
Asimismo, la parroquia ha seguido atenta a las necesidades de las personas vulnerables que cumplían la cuarentena necesaria para evitar contagios.
Por ello, en honor a santa Rita de Casia, cuya fiesta se celebra en mayo, organizaron una campaña solidaria para recoger alimentos de primera necesidad para la comunidad de Santa Rosa de Collanac, en la sierra limeña. Sobre ello, otra voluntaria, declara: «Logramos donar 520 bolsas de víveres. Ellas contenían: 4 cajas de leche, 1/2 Kg. de arvejas partidas, 1/2 kg. de lentejas, 1kg. de azúcar, 1kg. de arroz, 1kg de avena, 1kg. de fideos, 1/2 de fideos de sopa y 1 litro de aceite», puntualiza.
Asimismo, manifiesta: «Cada bolsa era una rosa de santa Rita para los más necesitados que sufren en esta pandemia».

Apoyo a las «ollas comunes»
Del mismo modo, en junio, ofrecieron ayuda al «comedor popular» de la comunidad de Ampliación de la Meseta, en el distrito de Manchay (Lima).
A la parroquia le tocó apadrinar la inauguración del local. Gracias a esta ayuda, el estrenado comedor ha empezado a ofrecer almuerzos para 240 personas.
Sobre cómo se han identificado a los beneficiarios, Reinares Pablo, detalla que se hizo en coordinación con las autoridades de los «pueblos jóvenes» que ya tenían los nombres de los necesitados y estaban notificados antes del reparto.
