El Nuncio Apostólico de Argentina preside la Eucaristía por el día del Señor y la Virgen del Milagro

El miércoles 15 de setiembre, el Nuncio Apostólico en Argentina, monseñor Miroslaw Adamczyk, presidió la Eucaristía, a las 11:00 hs., en honor a Nuestra Señora y Cristo del Milagro en la Parroquia de los Agustinos Recoletos, Nuestra Señora de la Consolación, Buenos Aires.

La solemne Eucaristía presidida por Mon. Miroslaw estuvo acompaña por el canto una gran coral, y concelebrada por el Párroco de Nuestra Señora de la Consolación, Fr. Iván Martínez; el Vicario de Argentina, Fr. Daniel Medina; y otros religiosos de las comunidades de Buenos Aires. Además, estuvieron acolitando los formandos del Seminario San Ezequiel Moreno, de los Agustinos Recoletos.

Esta devoción, del Cristo del Milagro, congrega gran afluencia de gente, sobre todo salteños residentes en Buenos Aires, que se dan cita en su día para honrar y venerar vestidos con sus trajes típicos (de gauchos) a su patrono.

• 

El Nuncio se dirigió a los fieles manifestando que aún no conoce Salta, pero “a través de la presencia de los salteños he dado gloria a Dios en la presencia de la imagen del Señor del Milagro”. Por otro lado, resaltó que esta tradición de cuatro siglos, es “ larga, linda y hermosa tradición del pueblo argentino”.

También, Mons. Miroslaw recordó a todos los asistentes que “somos importantes para Dios, y es una cosa que debemos recordar todos los días cuando tenemos muchas dificultades o problemas. Porque a través del sacramento del bautismo somos unidos para siempre con Nuestro Señor Jesucristo”. Finalmente, termino su predicación invitando que, si “hemos venido aquí, al Cristo del Milagro, a la Virgen del Milagro, con nuestras alegrías y éxitos; hemos venido también con nuestros dolores y problemas, y tenemos que presentarlo”. Porque “estoy seguro que cada uno de nosotros tiene muchas intenciones que queremos pedir, ¡hagámoslo!, en el nombre de Jesucristo, recordando sus palabras: ‘si ustedes piden algo en mi nombre, yo lo haré’”, añadió.

Y antes de dar la bendición final, los salteños y todos los que tienen especial devoción, renovaron su Pacto de Fidelidad al Señor y Virgen del Milagro, manifestando así su compromiso de seguir guardando y cuidando esta tradición que es una manifestación de fe.

•