El cardenal Mario Aurelio Poli corona a la Virgen del Milagro
15.09.2022 - 21:11:33 | 2 minutos de leitura
En el día de la fiesta del Señor y la Virgen del Milagro, fiesta de los salteños, el Cardenal Mario Poli coronó la imagen de la Virgen que está en la Parroquia Nuestra Señora de la Consolación, de los Agustinos Recoletos, en Buenos Aires.
Desde hace más de una semana se venía preparando esta fiesta con la novena y otras actividades. Y el 15 de setiembre, en la misa central (a las 11:00 hs.), el Cardenal Mario Poli coronaba la Imagen de Nuestra Señora del Milagro ante un templo desbordante de devotos, tanto salteños como bonaerenses.
En su homilía, el Cardenal de Argentina invitaba a contemplar la imagen de la madre de Jesús, quien recibió la profecía de que una espada atravesará su corazón y “esa profecía se cumplía a los pies de la cruz. Ella que había sido librada de los dolores del parto, … Sin embargo, durante la pasión, la Madre padeció terribles dolores”.
También hacía mención que, al coronar a María como Reina y señora de todo lo creado, “viendo la corona en la bella imagen de la Virgen, nos recuerda su reinado, … Ella quiere reinar en nuestro corazón, y cada vez que contemplemos a la Virgen y su corona, … recordemos que ella quiere reinar en nuestro corazón, en nuestras actitudes”. Y resaltaba que “lo que más le interesa a la Virgen es que nos podamos adherir de corazón al Evangelio de su Hijo Jesús”.
Después de la homilía, el Párroco, Fr. Iván Martínez, leía el protocolo, en respuesta a la carta enviada por el Vicario de Argentina de los Agustinos Recoletos, Fr. Daniel Medina, que concedía la gracia de la coronación arquidiocesana de la imagen de Nuestra Señora del Milagro de Salta que está en la Parroquia Nuestra Señora de Consolación. Y una vez bendecida la corona, fabricada en Salta, el Cardenal Mario procedía a coronar la patrona de los salteños. Entre aplausos y vivas se coronó la imagen de Nuestra Señora del Milagro.
Una vez concluida la celebración de la Eucaristía salían las imágenes en procesión por las calles del perímetro parroquial, y terminaban en el atrio del templo con la renovación de las promesas al Señor y Virgen del Milagro.
